Situación: Por las Playas de la Llana (Mar Mediterráneo) o por la Playa de la Mota (Mar Menor), a pie 3160 m y 2700 m, respectivamente.
Ofrece: Desde este lugar se puede observar la unión natural entre el Mar Menor y el Mar Mediterráneo. Los pescadores, aprovechando el paso de los peces, colocan cañas en vertical clavadas en el fondo, en forma de laberinto que desemboca en una paranza donde los peces se quedan atrapados, escapando entre las cañas sólo los de menor tamaño. Este tradicional arte de pesca se denomina «encañizada», y la dorada, el mújol y el magre son capturados de esta ingeniosa manera.

Desde este lugar se divisan las encañizadas de la Torre y el Ventorrillo, cada una de las cuales dispone de un edifico de dos plantas para auxiliar las labores de pesca y albergar al personal ocupado en ella. Únicamente se tiene acceso a estos equipamientos mediante embarcación. En este lugar existió una torre defensiva que protegía la costa de los continuos ataques de piratas durante los siglos XVI y XVII y de la que ya no queda ningún vestigio.